el camino

"¿Adónde te crees que vas
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"

jueves, 6 de octubre de 2011

Charles Bukowski

Cómo ser un gran escritor

Tienes que cogerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes.

Y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.

Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.

Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.

Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.

Y no olvides tu Brahms,
tu Bach
y tu cerveza.
No te exijas.
Duerme hasta el mediodía.

Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa a plazo.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares (en 1977).

Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota,
ya sea por buenas o malas razones.

Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.

Quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas,
sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.

Más el exilio,
la derrota,
la traición… toda esa basura.

Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.

Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen

más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.

Haz de esto una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.

Y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Céline, Dostoievski, Hamsun.

Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres,
sin comida,
sin esperanza...
Entonces no estás listo,
toma más cerveza.

Hay tiempo.
Y si no hay,
está bien
igual.

1920-1994

¿Así que quieres ser escritor?

si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
a no ser que salga espontáneamente de tu
corazón y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu
máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
si lo haces por dinero o
fama,
no lo hagas.
si lo haces porque quieres
mujeres en tu cama,
no lo hagas.
si tienes que sentarte y
reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
si estás intentando escribir como cualquier
otro,
olvídalo.

si tienes que esperar a que salga rugiendo de
ti,
espera pacientemente.
si nunca sale rugiendo de ti,
haz otra cosa.

si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.

no seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y
pretencioso, no te consumas en tu
amor propio.
las bibliotecas del mundo
bostezan hasta
dormirse
con esa gente.
no seas uno de ellos.
no lo hagas.
a no ser que salga de tu
alma como un cohete,
a no ser que quedarte quieto pudiera
llevarte a la locura, al
suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
a no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas,
no lo hagas.

cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí
solo y seguirá sucediendo
hasta que mueras o hasta que muera en ti.
no hay otro camino.
y nunca lo hubo.

Dentro y fuera de lo oscuro

a mi mujer le gustan los cines, las palomitas de maíz y los refrescos, el
acomodarse en las butacas; encuentra un placer infantil en
ello y eso me hace feliz. pero yo, la verdad, yo debo de venir
de otro planeta, debo de haber sido topo en alguna vida
anterior, un ser que construye su madriguera y se esconde en soledad:
la gente apiñada en las butacas, tan cerca y tan lejos, me inspira
sentimientos desagradables; quizá sea estúpido, pero ahí
está; y luego
llega la oscuridad y después las
caras gigantescas y los cuerpos que se desplazan por la pantalla:
ellos hablan y nosotros
escuchamos

de cien películas hay una que no está mal, otra que es buena
y noventa y ocho que son pésimas.
la mayoría empiezan mal y continúan
peor;
si te resultan creíbles las acciones y los diálogos de los
personajes
es que eres capaz de creerte que las palomitas de maíz que te estás
comiendo
albergan también algún
significado
(bueno, puede que la gente vea tantas películas
que cuando por fin ve alguna que no es
tan mala como las demás la considera
magnífica. un Premio de la Academia significa que no hueles tan mal
como tu primo)

se acaba la película y ya vamos por la calle a coger
el coche; “bien”, dice mi mujer, “no es tan buena
como dicen”.
“no”, digo, “no lo es”
“aunque tiene partes buenas”, replica.
“sí”, contesto.

ya hemos llegado al coche, subimos y –yo conduzco-
salimos de aquel barrio; contemplamos la noche:
es hermosa.

“¿tienes hambre?”, pregunta.

“sí. ¿y tú?”

paramos en un semáforo. observo la luz roja.
sería capaz de comérmela: cualquier cosa, cualquier cosa
con tal de llenar el vacío; millones de dólares gastados para crear
algo que es peor que la vida real de
la mayoría de los seres vivos; nunca deberíamos sacar
entradas para el infierno.

el semáforo cambia y huimos
hacia adelante.

AIRE Y LUZ Y TIEMPO Y ESPACIO

"¿Sabes?, o era la familia o el trabajo, siempre
habia algo que se
interponia,
pero ahora
he vendido la casa y he encontrado este
lugar, un estudio amplio, tendria que ver el espacio
y la luz.
por primera vez en mi vida tengo tiempo y el lugar adecuado para
crear."

no, chico, si quieres crear
crearas aunque trabajes
16 horas al dia en una mina de carbon
o
estes en el paro
y vivas en un cuartito
con 3 crios,
crearas aunque te hayan arrancado partes de cuerpo
y de la
mente,
crearas estando ciego
invalido
loco,
crearas aunque un gato se te encarame por
la espalda y
la ciudad entera tiemble sacudida por un terremoto o por las bombas,
las inundaciones o los incendios.

chico, el aire y la luz y el tiempo y el espacio
no tienen nada que ver
y no crean nada
excepto quiza una vida mas larga que te permita
encontrar mas
excusas.

Nirvana

sin mucha elección
y casi sin quererlo,
él era un joven
a bordo de un autobús
que cruzaba Carolina del Norte
rumbo a
algún lugar
y empezó a nevar
y el autobús paró
en un café
sobre las colinas y
los pasajeros
entraron.
él se sentó en el mostrador
con los demás,
pidió y le
trajeron su comida,
que estaba particularmente buena
lo mismo que el café.
La camarera no era
como las mujeres que él
había conocido.
No se hacía la interesante,
un humor natural emanaba
de ella.
El cocinero decía
cosas locas.
El lavacopas,
atrás,
se reía
con una risa
limpia
y placentera.
el joven miraba
la nieve a través de las
ventanas.
Quería quedarse
en ese café
para siempre.
Un curioso sentimiento
lo inundó :
que todo
era
bello
ahí,
que todo permanecería
siempre bello
ahí.
entonces el chofer
avisó a los pasajeros
que ya era tiempo de irse.
el joven
pensó, me voy a quedar
aquí, me voy a quedar aquí.
Pero
se levantó y siguió a
los otros hasta
el autobús.
Encontró su asiento
y miró el café
por la ventanilla.
el autobús arrancó,
dobló una curva,
y fue camino abajo,
alejándose de las colinas.
el joven
miraba
hacia adelante.
Los otros pasajeros
charlaban
de otras cosas
leían
o
intentaban
dormir.
no se habían dado cuenta
de la magia.
el joven
puso su cabeza
contra el asiento,
cerró los ojos,
fingió
dormir.
Nada quedaba
sólo escuchar el
sonido
del motor,
el sonido de las
ruedas
en la nieve.

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