el camino

"¿Adónde te crees que vas
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"

sábado, 2 de octubre de 2010

Nâzim Hikmet

Al partir, me quedan cosas que acabar...

Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Cogí la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.


Autobiografía

Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central
y desde los catorce años soy poeta

hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces;
yo, de separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella;
yo, de nostalgias

he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato
que no haya probado
a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz
y me lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros
cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana
en dieciocho horas

no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924

en 1961 el mausoleo que visito son sus libros

han intentado alejarme de mi partido
pero han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos

en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses

estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas

he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente

si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
pero también he mentido porque sí

he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo
he ido a la ópera
la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voya muchos de los sitios
donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
el templo el curandero
pero a veces me gusta que me lean los posos de café

se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua

hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra
no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los avi0nes

pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
puedo decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
y las cosas que puedan sucederme
¿quién lo sabe?


Bakú de noche

Noche sin estrellas hasta el pesado mar
noche cerrada y oscura
la ciudad de Bakú es un soleado campo de trigo
Estoy en la colina,
el sol me da de lleno en la cara
se escucha en el aire un preludio de rast que fluye como las
aguas del Bósforo.
Estoy en la colina,
mi corazón es como una balsa
que se aleja en una separación infinita
y va más allá de los recuerdos
hasta el pesado mar sin estrellas
en la noche cerrada y oscura.


Con este calor pienso en ti...

Con este calor pienso en ti
tu desnudez
tu cuello tus muñecas
las cosas que me decías
con los pies como una blanca paloma descansando en un cojín.

Con este calor pienso en ti
no sé si lo que más recuerdo
lo que viene a mis ojos
es tu cuello tus muñecas
tus pies descalzos
las cosas que me decías cuando eras mía.

Con este calor amarillo pienso en ti
en la habitación de un hotel con este calor amarillo pienso en ti
y me despojo de mi soledad
mi soledad que se parece un poco a la muerte.


El quinto día de una huelga de hambre

Si no consigo expresar bien, hermanos,
Lo que quiero decirles,
Tendrán que disculparme:
Siento algunos mareos,
me da vueltas un poco la cabeza.
No es el alcohol.
Apenas, es un poquito de hambre.

Hermanos,
Los de Europa, los de Asia, los de América:
Yo no estoy en prisión ni en huelga de hambre.
Me he tendido en el césped, esta noche de mayo,
Y los ojos de ustedes me miran de muy cerca,
lucientes como estrellas,
En tanto que sus manos
son una sola mano estrechando la mía,
como la de mi madre,
como la de mi amada,
como la de mi vida.

Hermanos míos:
Por otra parte, ustedes nunca me abandonaron,
Ni a mí, ni a mi país,
ni tampoco a mi pueblo.
Del mismo modo que los quiero a ustedes,
ustedes quieren a los míos, lo sé.
Gracias, hermanos, gracias.

Hermanos míos:
Yo no tengo la intención de morir.
Si soy asesinado,
Sé que entre ustedes seguiré viviendo:
Yo estaré en los poemas de Aragón
(en su verso que canta la dicha del futuro),
Yo estaré en la paloma de la paz, de Picasso,
Yo estaré en las canciones de Paul Robeson
Y, sobre todo
y lo que es más hermoso:
Yo estaré en la triunfante risa del camarada,
Entre los cargadores portuarios de Marsella.
Para decirles la verdad, hermanos,
Yo soy feliz, feliz a rienda suelta.


En el restaurante Astoria de Berlín...

En el restaurante Astoria de Berlín
había una camarera
una chica como una gota de plata.
Por encima de las bandejas repletas me sonreía.
Se parecía a las chicas de mi perdido país.
Pero no sé por qué
a veces tenía ojeras.

No tuve suerte
no pude sentarme en las mesas que ella atendía.

Ningún día se sentó en las mesas que yo atendía.
Era un hombre entrado en años.
Parecía como si estuviera enfermo,
tomaba comida de régimen.
Estaba muy triste y me miraba
pero no sabía alemán.
Tres meses vino a desayunar, comer y cenar,
luego desapareció.
Puede que volviera a su país
o que no volviera y haya muerto.


Gracias a ti...

Gracias a ti
cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.
Gracias a ti
todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.
Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.
Gracias a ti late mi corazón.
Gracias a ti
mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríe
desde la pared.
Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,
he descansado en una rosaleda.
Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte
que con sus cantos llama a mi puerta
vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.


La nieve cortó el camino...

La nieve cortó el camino
tú no estabas
me senté con las piernas cruzadas
contemplando tu rostro
con los ojos cerrados.

No pasaban barcos ni volaban aviones
tú no estabas
yo permanecía apoyado en la pared
hablando y hablando
sin abrir la boca.

Tú no estabas
mis manos te acariciaban
yo me tapaba la cara con las manos.


Lo sé, de sobra lo sé...

Lo sé, de sobra lo sé
cuando la próxima vez baje del tren en esta estación
hermana mía no veré tus ojos
tus puros ojos negros
ni tampoco el resplandor fuera del portón
las piedras, los árboles, las ventanas
el rostro de la gente
todo se apagará
tus ojos se habrán llevado bajo tierra la luz de la ciudad
hace tiempo que ya se habrán consumido en el cementerio.

Lo sé, de sobra lo sé
lo sé
no sé nada
tal vez yo mucho antes
ya no bajaré de ningún tren en ninguna estación
no sé
a quién de nosotros le toca hermana mía
si al cáncer tuyo
si al infarto mío
no sé no sé
sin embargo me parece
que en esta estación al bajar del tren...
Hermana mía perdóname la cobardía
de vivir
un solo día más que tú.


Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo...

Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana
con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.


Me han cerrado todas las puertas...

Me han cerrado todas las puertas
todas las cortinas
ni un pañuelo de azul
ni un puñado de estrellas.
Amor mío, ¿es que va a sorprendernos aquí la muerte
sin que podamos salir de esta ciudad?


Nostalgia

Cien años han pasado sin ver tu cara
enlazar tu cintura
detenerme en tus ojos
preguntar a tu clarividencia
acercarme al calor de tu vientre.

Hace cien años que en una ciudad
una mujer me espera.

Estábamos en la misma rama, en la misma rama.
Caímos de la misma rama, nos separamos.
Cien años nos separan
cien años de camino.

Hace cien años que en la penumbra
corro detrás de ella.


Rosa mía, niña de mis ojos...

Rosa mía, niña de mis ojos,
no tengo miedo de morir,
morir me avergüenza,
la muerte me parece una deshonra.


Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira...

Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira
No es lo que fue sino lo que yo quise
mis nostalgias detenidas en inalcanzables ramas
mi sed extraída del pozo de mis sueños
bocetos alumbrados.

Todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad
tu belleza
o sea una cesta de frutas una mesa en el campo
cuando me faltas tú
o sea cuando me convierto en la última farola de la calle
del último rincón de la ciudad
cuando tengo celos de ti
o sea cuando corro de noche entre los trenes con los ojos vendados
mi felicidad
o sea río soleado que rompe sus diques.
Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira
todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad.


Vamos a la luna...


Vamos a la Luna
y más lejos todavía
a donde ni siquiera alcanzan los telescopios.
¿Pero cuándo la gente en nuestra Tierra,
dejará de pasar hambre
nadie tendrá miedo de nadie,
nadie mandará sobre nadie,
nadie maldecirá de nadie,
nadie robará a otro su esperanza?
Por esto soy comunista
para responder a esta pregunta.


Ya llega mi hora...


Ya llega mi hora
saltaré de repente al vacío
sin conocer el estado de putrefacción de mi carne
ni cómo los gusanos socavan mis ojos

sin tregua ni descanso pienso en la muerte

eso quiere decir que mi hora está próxima

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