el camino

"¿Adónde te crees que vas
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"

martes, 5 de octubre de 2010

Tomas Transtörmer

DE MARZO DEL 79


Cansado de todos los que llegan con palabras, palabras, pero no lenguaje

parto hacia la isla cubierta de nieve.

Lo salvaje no tiene palabras.

¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!

Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve.

Lenguaje, pero no palabras.


KYRIE


A veces, mi vida abría los ojos en la oscuridad.

Una sensación como de multitudes ciegas e inquietas,

que pasan por las calles camino de un milagro,

mientras yo, invisible, permanecía inmóvil.

Como el niño que se duerme con miedo

escuchando los pasos pesados del corazón.

Largo tiempo, hasta que la mañana pone sus rayos en lacerradura

y se abren las puertas de la oscuridad.


ABRIL Y SILENCIO

La primavera yace desierta.

La zanja, oscura como terciopelo

se arrastra junto a mí

sin espejeos.

Tan sólo irradian

las flores amarillas.

Soy llevado en mi sombra

como un violín

en su caja negra.

Lo único que quiero decir

reluce fuera de alcance

como la platería

en la casa de empeños.


EL REINO DE LA INSEGURIDAD

La jefa de oficina se inclina y traza una cruz

y oscilan sus pendientes como espadas de

Damocles.

Así como la frágil mariposa se hace invisible en

el suelo

confluye el demonio con el diario abierto.

Un casco que nadie lleva ha tomado el poder.

La tortuga madre huye volando bajo el agua.

HOJA DE LIBRO NOCTURNO

Una noche de mayo aterricé

en un frío claro de luna

en que la hierba y las flores eran grises

pero el aroma, verde.

Resbalé cuesta arriba

en la noche daltónica

mientras las piedras blancas

señalaban la luna.

Un espaciotiempo

de algunos minutos

cincuenta y ocho años de ancho.

Y tras de mí

más allá de las aguas relucientes cual plomo

estaba la otra costa

y los poderosos.

Gentes con futuro

en vez de rostro.

GÓNDOLA FÚNEBRE Nº 2

I

Dos hombres, suegro y yerno, Liszt y

Wagner, viven junto al Canal Grande

con la inquieta esposa del rey Midas,

ése que transforma en Wagner todo lo que

toca.

El frío verde del mar atraviesa los pisos del

palacio.

Wagner destaca, el conocido perfil de títere

parece más cansado;

el rostro, una bandera blanca.

La góndola cargada pesadamente con sus vidas; dos pasajes de ida y vuelta y otro

sólo de ida.

II

Una ventana del palacio se abre con el viento y el súbito soplo provoca muecas.

Sobre el agua aparece la góndola del basurero impulsada por dos bandidos con remo.

Liszt ha escrito unos acordes tan pesados

que deberían ser enviados a analizar

en el Instituto de Mineralogía de Padua.

¡Meteoritos!

Demasiado pesados para la quietud, pueden sólo hundirse más y más, futuro abajo, hasta

los años de las camisas pardas.

La góndola, pesadamente cargada con las

hacinadas piedras del futuro.

III

Rendijas, hacia 1990.

25 de marzo. Inquietud por Lituania.

Soñé que visitaba un gran hospital.

No tenía funcionarios. Todos eran pacientes.

En el mismo sueño, una niña recién nacida

hablaba con completas oraciones.

IV

Junto al yerno, que es hombre de su tiempo,

Liszt es un apolillado grandseigneur.

Es un disfraz.

El abismo, que ensaya y descarta máscaras

diferentes, ha elegido justo ésta para él,

el abismo, que quiere subir hasta los hombres sin mostrar

su rostro.

V

El Abate Liszt está habituado a cargar él

mismo su maleta por soles y por nieves

y cuando muera un día, nadie irá a

esperarlo a la estación.

La tibia brisa de un coñac excelente lo

conduce a la tarea.

Siempre tiene tarea.

¡Dos mil cartas al año!

El escolar que escribe cien veces el palote,

antes de que le permitan volver a casa.

La góndola cargada pesadamente de vida;

es sencilla y negra.


VI

De regreso en 1990.

Soñé que conducía doscientos quilómetros en vano.

Entonces, todo se agigantó. Gorriones enormes como gallinas

cantaban de modo ensordecedor.

Soñé que dibujaba teclas de piano

en la mesa de cocina. Tocaba sordamente

en ellas.

VI


De regreso en 1990.

Soñé que conducía doscientos quilómetros en vano.

Entonces, todo se agigantó. Gorriones enormes como gallinas

cantaban de modo ensordecedor.

Soñé que dibujaba teclas de piano

en la mesa de cocina. Tocaba sordamente en ellas.

Los vecinos acudían a escuchar.

VII

El clavicordio que calló durante todo

Persifal (aunque estaba escuchando) puede

al fin decir algo.

Suspiros... sospiri...

Mientras Liszt toca, esta noche, mantiene

apretado el pedal marino

para que la fuerza verde del mar suba a

través del piso y se una a todas las piedras

del edificio.

¡Buenas tardes, bello abismo!

La góndola cargada pesadamente de vida;

es sencilla y negra.

VIII

Soñé que llegaba tarde el primer día de clases.

Todos en el salón llevaban máscaras blancas

sobre el rostro.

Imposible decir quién era el maestro.


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