el camino

"¿Adónde te crees que vas
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"

domingo, 10 de mayo de 2009

el angel simón

El ángel Simón

En mayo de 2001 Nacho Vegas publicó Actos inexplicablesy en la pista número 4 nos encontramos con la canción 'El ángel Simón':

4. El ángel Simón 8:09
letra y música: N. V.

batería: Manu Molina
contrabajo: Juan Carlos Vega "Cabín"
melódica: Carlos J. Martínez
cellos: Marta Martínez Gil y Nicolás Cernea
voz y guitarra: N. V.


Videoclip (no oficial):



Letra:

Simón, desde que te fuiste tengo que decir
Que la verdad, no estamos nada mal sin ti
También es cierto que podríamos estar mejor
Pero ya ves, las buenas cosas mueren bajo el sol
Y ahora es la memoria mi guía
Porque eso sí, pienso en ti cada día
Desde aquella mañana de agosto
Reinventada hasta la saciedad
Sin lograr encontrar nada de nada
Ni una explicación ni un porqué
Al que poder aferrarme
(Y ahora no sé por qué
Viene a mi mente el colchón
Que tuvimos que bajar Javi y yo a la basura
Sin poder dejar de mirar esa mancha oscura
Que allí nos dejaste como herencia y recuerdo
Antes de partir en tu último viaje
Probablemente al infierno)

Y me vas a disculpar
Si nunca te llevo rosas
Me vas a permitir
Contar algunas cosas
Sobre lo poco que sé
De tus días de vino y rosas
Con todas las bromas
Como aquella en que al pasar delante de una funeraria
Nos decías "agachaos, no vaya a ser
Que os tomen las medidas"
Ese era tu consejo, tu sabio consejo
Y no estuvo mal, pero se te olvidó
Algo importante:
Tú también tenías que agacharte
Sí, tú también tenías que agacharte
Pero nunca quisiste cuidarte
No, nunca quisiste cuidarte.

Y quiero pensar que por una vez
Hice algo mejor que tú
Quiero pensar que por una vez
Hice algo mejor
Que tú que ni siquiera
Acabaste esa carta de despedida
Que en el ordenador Santi encontró perdida
Y ahora que perdiste tan absurdamente la partida
Ahora estoy cansado
Y hasta tengo miedo de mi propia vida
Y sé que lo tendré toda la puta vida
Decida lo que decida

Bueno, al final tal vez tuviste suerte
Porque tal vez -dímelo tú-
Mejor que ser un hombre solo y arruinado
Resulte ser, como dijo el juez, "el finado"
(Mientras se tapaba la nariz con su pañuelo)
Y desde cualquier lugar
Dondequiera que ahora te estés pudriendo
Sólo quiero que sepas que ya no te tengo miedo
Que ahora estoy cansado
Y sólo tengo miedo de mi propia vida
Y que sé que lo tendré
Toda la puta vida
Decida lo que decida

Como tú siempre decías
"Formalidad poca, pero que dure"
Como tú siempre decías

Gracias

Así es y así será
Toda mi vida
Decida lo que decida.




Lo que ya no es tan conocido es que tras la lectura del libro Política de hechos consumados (2006) la canción 'El ángel Simón' toma un significado muy distinto, cosas que podíamos intuir que había detrás de la letra de la canción de Nacho, aquí se explican de forma clara y directa.

El siguiente relato se llama 'El ángel simón (relato)' y está en las páginas 61-65 de Política de hechos consumados. La transcripción que ahora copio la encontré en un Groupo de Msn sobre Bunbury y ya que alguien se ha tomado la molestia de transcribir el relato yo únicamente me he limitado a editarlo un poco y a corregir algunas faltas de ortografía (he respetado las omisiones de la transcripción, las partes que faltan no aportan demasiado para comprender la relación entre la canción y el relato).

El ángel Simón (Relato)

I

Hay una funeraria en una calle del centro de Gijón. Creo que lleva allí incluso desde antes de yo naciera, lo cual ocurrió en 1974. Cuando eran un crío y cruzaba con mi padre por delante de ella, él siempre gastaba la misma broma.

-Agáchate -me decía- ¡Rápido, agáchate!

Siempre me pillaba por sorpresa, y yo me agachaba.

-Es para que no te tomen las medidas- decía sonriendo.

II

En 1994 mi padre tenía 48 años. Murió una noche de verano mientras dormía. En aquel momento de su vida se encontraba solo y completamente arruinado.

III

-Es mejor que no entres- dijo mi hermano. Huele muy mal, no es agradable.

Desde luego yo no esperaba encontrar nada agradable allí. El piso estaba lleno de gente, el juez, el forense, la policía y otras personas desconocidas que se movían por toda la casa. Yo deseaba verlo por última vez. Quería ver la expresión que se le queda en el rostro a un hombre -no a un hombre, a mi padre- cuando el corazón le estalla en plena noche e inesperadamente acaba con todo. Incluso quería olerlo. Había un pequeño pasillo interior antes de llegar al cuarto. Solamente tenía que adentrarme en él y ya estaría casi en la habitación. Pero se adivinaba movimiento allá dentro, gente extraña manipulando su cuerpo mientras se tapaban la nariz con sus pañuelos. No tuve el valor para hacerlo. No entré en ese dormitorio y hoy lo lamento de veras.

-No es agradable- me repitió alguien con una palmada en el hombro.

IV

[fragmento omitido]

V

Me quedé varios minutos de pie delante de la puerta. Se escuchaba el sonido de la televisión dentro. Echaban dibujos animados. Mi hermano practicaba ritmos de batería tocando con un par de baquetas sobre sus muslos. También eso se oía. Javi acababa de cumplir 16 años. Le habíamos dicho que papá no se encontraba bien y ahora me tocaba a mí darle la noticia. Bajé en el ascensor hasta el portal. Allí paseé de un lado a otro un rato y volví a subir. Seguía sonando la televisión. ¿cómo se le da a alguien una noticia que uno mismo no acaba de asimilar del todo? Giré la llave muy despacio y entré.

-¿cómo está papá?- preguntó.

-Javi, papá murió.

-Venga, en serio, ¿cómo está?

-No, Javi, es en serio, papá murió.

Comencé a reír y a sollozar al mismo tiempo. Los dibujos seguían en la tele.

-Santi... lo encontró esta mañana- balbuceé- Llevaba tres días muerto... de un ataque al corazón.

[fragmento omitido]

VI

Hay una funeraria en una calle del centro de Gijón. Creo que lleva allí incluso desde antes de que yo naciera, lo cual ocurrió en 1974. Cuando era un crío y cruzaba con mi padre por delante de ella, él solía gastar la misma broma.

-Agáchate -me decía- ¡Rápido, agáchate!

Siempre me pillaba por sorpresa, y yo me agachaba.

-Es para que no te tomen las medidas- decía sonriendo.

Eso era lo que solías decir. Ese era tu sabio consejo. Sólo que se te olvidó algo importante: tú también tenías que agacharte.



Y también otro texto titulado 'El colchón' (también incluido en el libro, página 66):


El colchón

Ninguno de los dos dijo nada
tras bajar la cama plegable
que estaba empotrada en el armario.
Habían pasado ya varios días pero
el olor aún era extraño: una mezcla
de muerte y desinfectante.
Nos quedamos mirando un rato
la mancha de sangre que había tomado
un untuoso color parduzco. Luego
alguno habló primero y lo sacamos
de allí como pudimos, la puerta parecía
demasiado estrecha, y nosotros
íbamos muy rígidos para no tener que mirar la mancha desde tan cerca,
ojos y nariz casi tocando la espuma.
Mientras bajábamos las escaleras bromeé
con mi hermano pero los dos sabíamos
que aquel era un trabajo sucio.
Una vez en la calle lo dejamos apoyado
contra el contenedor de basura de enfrente,
asegurándonos de que no quedaba
a la vista la mancha de sangre.
Después nos dimos media vuelta
para no volver a verlo jamás, acaso
alguna vez desde el recuerdo.
Nos sacudimos las manos y aquel día
ya no volvimos a pensar en ese colchón
sobre el que mi padre había partido
hacia el más insólito lugar de todos.

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