el camino
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"
domingo, 28 de marzo de 2010
Mario Benedetti #1
De los medios de comunicación
en este mundo tan codificado
con internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto
Me sirve y no me sirve...
Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa
la esperanza
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida
de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Mengana si te vas con el zutano...
Mengana si te vas con el zutano
yo/tu fulano/ no me mataré
simplemente los seguiré en la noche
por todos los senderos y las dunas
vos gozando tal vez y yo doliéndome
hasta que vos te duelas y yo goce
cuando las huellas a seguir no sean
dos tamañas pisadas y dos breves
sino apenas las de tus pies dulcísimos
y entonces yo aparezca a tu costado
y vos /con esa culpa que te hace
más linda todavía/ te perdones
para llorar como antes en mi hombro.
Nadie lo sabe
Nadie lo sabe
nadie
ni el río
ni la calle
ni el tiempo
ni el espía
ni el poder
ni el mendigo
ni el juez
ni el labriego
ni el papa
nadie lo sabe
nadie
yo tampoco
No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Rostro de vos
Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más,
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna maldición.
Mis huéspedes concurren,
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan la jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos.
Y es una soledad
tan desolada.
Soledades
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad.
Después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad.
Ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo.
Sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en es sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo.
Los datos objetivos son como sigue.
Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola.
Si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buena gente.
Después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad.
Conforme
pero
que vendrá después
de la soledad.
A veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.
Soneto kitsch a una mengana
Yo/ fulano de mí/ llevo conmigo
tu rostro en cada suerte de la historia.
Tu cuerpo de mengana es una gloria
y por eso al soñar sueño contigo.
Luego/ si el sueño acaba te persigo
soñándote despierto/ es una noria
que rodea tu eco en mi memoria
y te cuenta esos sueños que te digo.
Así/ sin intenciones misteriosas
sé que voy a elegir de buena gana
de mi viejo jardín sólo tus rosas.
De las altas ventanas tu ventana
de los signos de mar tu mar de cosas
y de todo el amor/ tu amor/ mengana.
Trueque
Me das tu cuerpo patria y yo te doy mi río
tú noches de tu aroma / yo mis viejos acechos
tú sangre de tus labios / yo manos de alfarero
tú el césped de tu vértice / yo mi pobre ciprés
me das tu corazón ese verdugo
y yo te doy mi calma esa mentira
tú el vuelo de tus ojos / yo mi raíz al sol
tú la piel de tu tacto / yo mi tacto en tu piel
me das tu amanecida y yo te doy mi ángelus
tú me abres tus enigmas / yo te encierro en mi azar
me expulsas de tu olvido / yo nunca te he olvidado
te vas te vas te vienes / me voy me voy te espero.
Ustedes y nosotros
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual
ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud
ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos vale
barata la función
ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar
ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
A la izquierda de un roble
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos.
El secreto es apoyarse digamos en un tronco
y oír a través del aire que admite ruidos muertos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
una agradable propensión a los sueños
a que los insectos suban por las piernas
y la melancolía baje por los brazos
hasta que uno cierra los puños y la atrapa.
Después de todo el sercreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.
Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(también podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)
hablan y por lo visto las palabras
se quedan conmovidas a mirarlos
ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero es lindísimo imaginar qué dicen
sobre todo si él muerde una ramita
y ella deja un zapato sobre el césped
sobre todo si él tiene los huesos tristes
y ella quiere sonreír pero no puede.
Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico
ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí feliz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mirame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
y vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño
hace mucho y qué importa
el azar era simple
como entras en tus ojos
dejame entrar
te quiero
menos mal que te quiero.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero puede ocurrir que de pronto uno advierta
que en realidad se trata de algo más desolado
uno de esos amores de tántalo y azar
que Dios no admite porque tiene celos.
Fíjense que él acusa con ternura
y ella se apoya contra la corteza
fíjense que él va tildando recuerdos
y ella se consterna misteriosamente.
Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y que pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llevale flores
que yo también iré contigo.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo se despierta con la lluvia.
Ahora la última nube ha resuelto quedarse
y nos está mojando como a alegres mendigos.
El secreto está en correr con precauciones
a fin de no matar ningún escarabajo
y no pisar los hongos que aprovechan
para nacer desesperadamente.
Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciéndose quién sabe qué silencios.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
aquí se quedan sólo los fantasmas.
Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.
Es tan poco
Lo que conoces
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.
pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
pero no llamas.
pero no llamo.
Ella que pasa
paso que pasa
rostro que pasabas
qué más quieres
te miro
después me olvidaré
después y solo
solo y después
seguro que me olvido.
paso que pasas
rostro que pasabas
qué más quieres
te quiero
te quiero sólo dos
o tres minutos
para quererte más
no tengo tiempo.
paso que pasas
rostro que pasabas
qué más quieres
ay no
ay no me tientes
que si nos tentamos
no nos podremos olvidar
adiós.
Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Bienvenida
Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente mas linda
ni mas fuerte
ni mas dócil
ni mas cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes como te pienso y te enumero
después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco
yo nostalgio
tu nostalgias
y como me revienta que el nostalgie
tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros
no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza
se que voy a quererte sin preguntas
se que vas a quererme sin respuestas
Cada ciudad puede ser otra
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Jaime Sabines
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo
Hagamos un trato
Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Hombre que mira la luna
Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo
con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli
cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural
pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella
hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene
se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén
y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.
Informe sobre caricias
1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada
3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria
4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tiene tacto
5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación
Pasatiempo
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Todavía
No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo
tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía
pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro
y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.
Tiempo sin tiempo
Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta
tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo
tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj
vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
Ajedrez
Se comió a tu reina
Luego el resto
Fue inevitable.
Efecto causa dicen,
Y aun tus piernas me jaquean
poema de Jean Pierre Frederick
domingo, 21 de marzo de 2010
Marioneta de trapo
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
De Gabriel García Márquez.
Elogio de los sueños
pinto como Vermeer van Delf.
Hablo el griego con soltura
y no sólo con los que están vivos.
Conduzco el coche,
que me obedece.
Tengo talento
escribo grandes poemas.
Escucho voces
casi como los graves santos.
Se asombrarían
lo bien que toco el piano.
Vuelo, tal como debería hacerse,
es decir, por mí misma.
Cayendo del techo
sé caer suavemente en lo verde.
No me resulta difícil
respirar bajo el agua.
No me quejo;
logré descubrir la Atlántida.
Me alegra poder despertarme
siempre antes de la muerte.
Apenas estalla la guerra
me doy vuelta al otro lado.
Soy, aunque no lo necesito,
hija de la época.
Hace un par de años
ví dos soles.
Y antes de ayer un pingüino
totalmente nítido.
Poema de Wislawa Szymborska
La penumbra del cuarto
Los dos se acercan a los mismos objetos. Los tocan
del mismo modo. Los apilan igual. Dejan e ignoran
las mismas cosas.
Cuando se enfrentan, saben que son el límite
uno del otro.
Son creador y criatura.
Son imagen,
modelo,
uno del otro.
Los dos comparten la penumbra del cuarto.
Ahí perciben poco: lo utilizable
y lo que el otro permite ver. Ambos se evaden
y se ocultan.
Poema de Coral Bracho
A ella
con asientos azules.
Seremos felices. Habrá un nido de besos
oculto en los rincones.
Cerrarán sus ojos para no ver los gestos
en las últimas sombras,
esos monstruos huidizos, multitudes oscuras
de demonios y lobos.
Y luego en tu mejilla sentirás un rasguño...
un beso muy pequeño como una araña suave
correrá por tu cuello...
Y me dirás: «¡búscala!», reclinando tu cara
y tardaremos mucho en hallar esa araña,
por lo demás indiscreta.
Poema del "dios de la maldad" Arthur Rimbaud
Elegía para un americano
fragmento. Siri Hustvedt.
lunes, 8 de marzo de 2010
globo rojo
ME DIRÁS QUE ESTOY LOCO,
o el significante a la búsqueda de la pronunciación perdida.
Hay algo que ha olvidado la mitología de lo serio (la política, la psiquiatría, la ciencia): ese instante, ese momento discontinuo en que el lenguaje es hablado, tocado por una emoción o como se dice psicoanalíticamente un afecto. Ese es el lenguaje en lo que tiene de rompible, la razón que se dice se pierde, en la lucha entre conciencias, en el combate cotidiano de ellas en el mundo, en donde, como decía Hegel, “cada conciencia busca la muerte de la otra”. Lo mismo que la envidia, que desea el cerebro del otro, en lugar de emularlo o competir con él, es un acto de canibalismo simbólico, la dialéctica a la que nos referimos es un ejercicio de decapitaciones. Es esta guerrilla del lenguaje, cuyo concepto falta a la idea del discurso lineal o saussuriana “linealidad del signo”, la que nos lleva a la locura. Lo otro es la conciencia filosófica intacta por cuanto intangible, mas allá como Dios de lo real y por ello inexistente. Es por ello quizá por lo que se tiene miedo de perderla, por cuanto no existe, y aparte de ella no hay otra. La ciencia filosófica es una conciencia narcisista, que busca ser idolatrada, pero que nunca accede a ser una realidad enfrente de otra. Es decir, que nunca se realiza, que nunca desciende a la realidad que mella a la idea y en donde la palabra se desgasta y se anula. Y cada cultura tiene su idea de realidad, siendo ésta nada más que un modo de orden entre otros modelos de orden, una enumeración dispar, como las de Borges. Un hombre puede estar loco en París y cuerdo en Guinea, o razonable en Reully Diderot para Mercedes y loco de remate para el barrendero del Metro Louvre, que le ve hablando solo con Mercedes. La antropología, sin el mito del hombre que rompió el estructuralismo, no es más que el principio de la relatividad cultural y el verdadero fin de la filosofía como razón única.
Del mismo modo, el habla realiza el fin de la lengua, rompiendo la máscara sintáctica para abrir el paso a las interjecciones, a los puntos de admiración, a las designaciones, a la violencia del lenguaje, que es la que, rompiendo la seriedad, lo pone como vehículo y no como límite del deseo. Convirtiéndolo así el lenguaje en algo cercano a la locura, en donde la indiscutibilidad de aquél viene de estar por entero al servicio del pathos, de la emoción, casi tanto como un mantra o un conjuro de aquéllos sin traducción que gustaban a Artaud en Rhodez y que son el único significante que nos cabe esperar encontrar. Ello si es verdad que el significante lacaniano (no saussuriano) es lo que de irreductible al significado hay en el lenguaje, su radical exterioridad y su pureza material. La pronunciación atea, sin dios, no ligada a cualquier trascendencia gramatical o semántica. Como la mala poesía que, queriendo ser buena y, al equivocarse sabiamente, construye un signo propio y una lengua ajena. De todo ello hay en estos textos, no aptos ni escritos para publicarse, ni siquiera muchas veces para leerse.
Si es verdad que el discurso es el discurso del otro, éste ha perdido su referente y por ello, al desviarse, ha devenido literatura pura, algo parecido a lo que los brasileños (Cabral de Melo Neto entre otros) intentaron en la poesía concreta: el irreductible canto de la cabra, el canto a palo seco, el cante sin meis nada.
Con la locura, como con la verdad, no se puede discutir. La verdad aséptica del psiquiatra, que quiere llenar lo que nos falta, encuentra su envés grotesco en este significante puro y vacío que “construye sus propias leyes / como un castillo en el vacío”, como decía yo en uno de mis poemas de Teoría. Poesía de lo locura quiere decir poesía opaca, dura, impermeable al signo, a la razón, semejante todo lo más a la pintura abstracta en la que, como dice Txema Sarasúa, un enfermo de aquí, “el golpe –el trazo- tiene falta de cultura / y con él mismo no se razona”. “Y se ve por él mismo al buen pintor” como en una estética sin referente, sin ni siquiera el espíritu como tal, nada másque un bello pesanervios, la obra en negro, la locura como creación de un alma. Como decía Otto Rank, el neurótico es una creación artística, una obra de arte, un nuevo tipo de hombre salido y construido de todos los errores del primero. Una especie de Frankenstein o Supermán bizarro construido de todos los retazos inservibles para otra cosa que para la poesía. Porque si es verdad que el inconsciente se dibuja en la conciencia alterada del sueño, el superhombre no es hermoso como no son hermosos los sueños, es un monstruo como todo aquel que se comprende a sí mismo.
La conciencia que interpreta mina la realidad, y es así que la conciencia interpretativa (Nietzsche, Freud, Marx) forma otra manera de ser, una alteridad de la conciencia, una realidad divergente, un nuevo modelo de orden. Y es por eso que puede decirse con Deleuze que ha venido el Anticristo, y que su lenguaje es el de lo infinito y sin límites del cuerpo que conduce a otro cuerpo, del yo que entre los árboles se forma, cuyos pies son rojos y cuyos ojos son negros. Que el fin de la ética del sufrimiento y el principio de la era del placer; del gozo y de la lucha, del reencuentro del hombre consigo mismo, en el lugar en donde nunca estuvo. Porque era qué el lugar –el cuestinaomiento del sujeto, la subversión del yo- donde la palabra lacaniana nos llevaba a Signorelli, del que todavía falta mucho por reencontrar en ese nido feroz del cuco en donde ninguna palabra es extraña si alguien la dice y me convida al deseo. Porque el sentido de la palabra no es abstracto, sino que viene del otro, de su entonación o de su pronunciación, y no de la escritura. Lo que importa es saber quién o cómo lo dice, y que la indagación del pathos substituya al discurso “mismo” que no se sabe dónde está. Nada se pierde fuera de la conciencia filosófica, de la idea extraña a la palabra y de la palabra ajena a la cosa, en donde hacía ya tiempo que se nos moría el pensamiento.
LEOPOLDO MARIA PANERO.
No hay salida. Solo, atado.
Las gotas caen ya en la neura.
Todo se siente muy frío, no como el anterior verano, música, trozos de verde total, rodeado de niñas, gritábamos: “las chicas son guerreras”. Y ahora, para éste, días amargos, mandato sobre mandato, siempre mal mirado.
Se reúnen, hablan, te hacen gritar por dentro: “esto no es lo mío”. Sus comidas, su trabajo, atado sobre atado, te hacen herirte sobre su herida, sentirte tan solo con todos los solos que pueden volverte a tirar de tus nervios.
Gente endemoniada, sin sol, mirando por lo bajo te ven entrando en sus aposentos. Todo escalones, laberintos sin salida donde tienes que empezar tus pasos, que no sabes siquiera dónde dirigirlos. Se caen al vacío, como tus palabras en ellos, como las suyas siempre con ellos, sólo los que tienen algo por hacer, como resolverlo, y están arriba. Hablan con palabras de tedio, entre ellos todo se entiende, tú sólo vislumbras sus pasos, que te llevarán a toda su libertad inexistente.
Y tú contra todos, solo, y contra ellos, todo está preparado para ti, todo su camino mal empedrado.
Y aquí tú con ellos, hombres sin destino, valientes gastados por el dolor y el vicio, ¿pueden ayudarte a llegar a algún sitio? Todos cerrados en sus problemas. Tu ayuda está en su psicosis, en dejar la tuya con ellos, aquí enterrada para siempre, y que ningún otro horror pueda ya tambalear tus nervios.
Javier.
24 horas ha tenido hoy mi día... y ya hace mucho tiempo que en mis adentros se hicieron añicos las monarquías.
24 horas desde que se creó, me crearon y me estoy creando.
24 horas posterior a todo un parte.
24 horas, 24 puños, 24 espinas.
24 hechos, dichos y maltrechos techos.
24 trechos de un corazón partido plantado en un tiesto.
24 deseos.
24 sueños, 24 cadenas, 24.
24 billetes de un camino.
24 caminos cercanos a un prado.
24 árboles regando mi alameda y dando sombra a mis 24 pasos.
24 hierros que forjaron mis genes, 24 lágrimas que acariciaron mis pañales.
24 paredes que intentaron acabar con mis 24.
24 soles y siempre la misma luna. 24 noches y una sola caricia.
24 veinticuatros, casi unas bodas de bronce.
24 besos multiplicados por infinitos veinticuatros contigo.
Y cuando se va tejiendo el final de una historia
Parece que un algo que está fuera de mí
Arrancara pinceladas de amargura al lienzo.
¡Qué tonta por haber pensado que amarrarías tu barco
a mi puerto y que juntos navegaríamos en el cauce de un nuevo río.
Son demasiados sentimientos los que se quedan dentro del tintero.
Son varios comienzos con un solo final que tú ya lo conocías.
antes de que yo lo sintiera en cada trozo del cuerpo.
¡Son tantas las ansias de tenerte! y tú, escondiéndote siempre por cada esquina.
TAUROS
Embistes y me dejas tirada en la arena.
Un año más. Una nueva arruga.
Tus pretendidas dudas y un cielo de menos para nosotros dos.
LA INMORTALIDAD
Yo, Juan Ángel Ciriano, afirmo que el Sanatorio de Santa Águeda, es decir, los enfermos, están alcanzando la inmortalidad. Muchos son ya inmortales, y espero que lo mismo que nosotros la humanidad alcance la inmortalidad.
Los inmortales no tienen que tener miedo ni a una ametralladora ni a un pelotón de ejecución, ni a una bomba atómica... porque no mueren.
J.A.C
CRÍTICA DE ARTE
FASCINANTE ÓPERA
ESTRIBILLO FINAL
Pedro.
EL MARINO TERRESTRE
Uno de los mejores escritores de El Globo Rojo. Su biografía, tan larga y repleta de peripecias como la de Mark Twain, y su discurso, parecido poéticamente a un pregón de alguna verbena inexistente, honra las glorias de otras glorias. Aquí tenemos uno de sus textos:
DE SOCIEDAD
Días pasados ha fallecido D. Juan Gómez, uno de los mejores encuadernadores que han pasado por el Centro. Se celebraron las honras fúnebres y fue trasladado a Bilbao, villa donde nació.
Pocos días después ha fallecido en Vitoria-Gasteiz D. Alberto Azcárate, residente ejemplar, que coordinaba normalmente.
¿Será la caída de la hoja? ¿Será el otoño?
¿A quién le tocará la próxima?
LA VIDA EN UN SANATORIO
En la mañana de hoy me he despertado a las 8.30.
Me he vestido y después me he lavado la cara y me he afeitado. Después seco mis manos y seco mi cara. Me lavo las manos con jabón.
Salgo de mi habitación y entro en el comedor. Desayuno café con leche con sopas.
Después voy al almacén y compro tabaco con caja de cerillas.
Después voy al pasillo del pabellón del Corazón Sagrado de Jesús y ando con los enfermos.
A las 10.30 horas de la mañana abren el bar y gasto la comida y gasto la bebida.
A las 12.30 de la mañana se come en el comedor, después se toma café en el bar.
A la 1 de la tarde se sale del sanatorio y se va a los bares o se va a los pueblos.
Se vuelve a las 7 de la tarde y se ve la televisión.
A las 8 horas de la noche se cena. Después de la cena se ve la televisión o se va a la cama.
En la habitación se oye la radio o se lee.
Y así es la vida en un sanatorio.
Sebastián Irigoyen.
Nota del editor: Como bien dice a Dra. Mabel, para aguantar esto a veces hace falta cruzar los cables, y viajar un rato por la estratosfera, aunque sólo sea para volver luego “al espanto de un nuevo día” (como dice Fredi en uno de sus poemas).
Soy Juan Ángel.
Soy la espada de la Justicia.
Aconsejo que vayan a misa todos los domingos y días de labor y festivos.
Aconsejo que todos los días recen un Padre Nuestro, un Ave María, una Salve y un Señor mío Jesucristo.
Cada noche estando dormidos pasará el niño Jesús Dios Padre, con tres meses de edad. Después, la Espada de la Justicia tiene otros tres meses de edad.
El que cumpla con la Misa y las oraciones va al Cielo, y, al Cielo, a un kilómetro del Polo Norte, sepan que si van en avión no pueden entrar.
Irán de la tierra al Cielo sólo con Fe, Esperanza y Caridad.
Irán misteriosamente y milagrosamente.
Las tres cuartas partes de la Tierra: ha ido ya.
La otra cuarta parte tiene que ser como niños, tontos, dementes, idiotas y otras cosas que padecen enfermedad.
Parece que están como enfermos y se portan como niños.
Es el Rey de los Cielos.
La Ciencia está equivocada, y los que se pasan de listos también.
Y otras cosas.
Juan Ángel C. (Dictado a Larrañaga)
Julián Jiménez vino a la Redacción por primera vez y dijo que iba a escribir una historia... ésta es:
Un payaso muy bueno casi todos los días iba a trabajar muy temprano el payaso.
Eran unos días muy felices con sus hijos y su familia feliz era muy feliz. Todo terminó en el circo se cayó y se mató.
FIN
Amén
J. J.
YO ESTABA MUERTO
Doblan las campanas
con su funerario.
Doblan las campanas
en el campanario.
Quizás doblen por mí,
con triste concierto.
Yo estaré muerto.
Cuando doblen por mí,
quizás un día
de sol espendente,
de paz y de alegría,
irá el hortelano
cantando a su huerto.
Yo estaré muerto.
Irá el caminante
por bosques de pinos,
por largas veredas,
por largos caminos.
Verá el navegante
de lejos el puerto.
Yo estaré muerto.
Bullirá la gente
por plazas y calles,
volarán las aves
por montes y valles.
Correrá el arroyo,
de flores cubierto.
Yo estaré muerto.
Irán los soldados.
Irán a la guerra.
Irán los misioneros,
cruzando la tierra.
Irán las caravanas,
irán por el desierto.
Yo estaré muerto.
Cuando por mí
doblen su funeraria.
Cuando por mí
doblen en el campanario.
Si al abrir la fosa
hallo el cielo abierto,
yo no estaré muerto.
Recitado por isidro.
YO LEÍ LA REVISTA
Y VOY EN COCHE POR LA AUTOPISTA.
Sebastián Irigoyen
EL JUGUETE
Una vez había un niño que jugaba con un juguete muy bueno. El niño ya tenía perfilado su juego, pero el juguete ya estaba pensando en su vida. El juguete quería ESCAPAR del juego del niño; pues no le gustaba el juego al que era sometido. Al fin y al cabo soñaba con su LIBERTAD, aunque a veces en el juego se sentía bien y suponía que el juego del niño no era tan mala vida. Pero el juego era perfecto, era difícil que el juguete llegara a cumplir su sueño que era escapar del juego, cosa que al final sería lo bueno que él quería. Pero como se dice, la duda de si escapaba o no era el saunto, o si no viviría como el JUGUETE sabía.
J. Mª. Celaya.
El naturalismo es un arte pictórico,
y se ve por él mismo al buen pintor.
El golpe tiene falta de cultura
y con él mismo no se razona.
Sarasúa, Txema
HISTORIA IMAGINARIA DEL UDALA
Corrían los tiempos prehistóricos, en los que el Hombre de Cro-Magnon cazaba en lo que entonces era la llanura de Udala. Habitaban en ella grandes animales de todo tipo. Vivían en la llanura donde había un gran lago, el lago Udala.
Con el paso del tiempo llegó una nube de ceniza que se posó en el lago y se petrificó. Los animales tuvieron que emigrar. Al pasar más y más el tiempo, la erosión dejó al descubierto el monte Udala. Luego vino el deshielo por los polos y se convirtió en una isla en la que habitaban gran cantidad de aves; por aquel entonces ya era una isla montaña que reinaba en el horizonte. Y así, después del paso de las glaciaciones y el tiempo actual, tras diversas erosiones y convulsiones geológicas, pasó a ser lo que es hoy el Monte Udala.
Santi y Juan Manuel.
CHISTE
Van dos amigos caminando y dice uno a otro:
- ¿De qué ha muerto tu padre?
Le contesta:
- De fiebre amarilla.
Responde el primero:
- ¡Bonito color!
ACERTIJO
Un nombre de hombre que no tenga letra de Carlos.
Solución: Quintín.
Jacinto Borea.
AUTOBIOGRAFÍA
Un día 11 de Marzo de 1.924 vine a este valle de lágrimas. En Guernica (Vizcaya), en el sino de una familia de clase media, siendo mi padre Capitán de la Marina mercante y mi madre sus labores.
Me bautizaron en la iglesia de Santa María y comencé los primeros balbuceos de mi infancia.
Acudí a una escuela pública regentada por un tal D. Francisco, y, aunque no era de los primeros, tampoco era de los últimos.
En uno de los viajes de mi padre fuimos a residir a Busturia, “Olatzu”, casa natal de mi madre, y allí acudí a la escuela de D. Eusebio Mendoza, maestro público.
Tras las vicisitudes infantiles de la casa materna (robo de manzanas, botellas de vino de Rioja traído por el tío Pancho “Abarca”...), enredéme en la materia “sexual” con una cuadrilla de jóvenes y tras una temporada de Gran vida fuimos a residir a Bilbao, donde mi padre recalaba con relativa frecuencia.
Estudiando Náutica (viendo películas, yendo por bares denominados entonces tabernas) y andando por San Francisco y las Cortes (calles de mala nota) hice el primer experimento sexual, teniendo que apoderarme de los pantalones de un pariente mío ya que a los menores de catorce años les estaba prohibido acudir a los citados lugares. El experimento me agradó sobremanera y ya tuve un punto para discutir sobre el tema.
Llegaron los exámenes y, tras una “picia” al presidente del Tribunal, obtuve un Diez, nota adquirida por muy pocos estudiantes de Náutica.
Mi lugar de residencia entonces era Bergara y semanalmente mi hermano, que era Secretario de D. José María Aguirre, Director Gerente de Altos Hornos del Bergara, acudía los sábados a visitarme.
Llegó el viernes víspera del sábado y, esperando la visita semana, opté por fugarme. Fui al Monte de Piedad, donde empeñé unos objetos de mi pertenencia. Diéronme por ellos una cantidad irrisoria y me dirigí a la estación de Achuri, donde adquirí un billete para Bergara. Llegué hacia las ocho de la tarde, obscurecido, y me dirigí a la casa donde residíamos, donde penetré por una ventana y me acosté hasta las dos de la mañana, hora en que me apoderé de la bici de un trabajador nocturno. Con ella recorrí la carretera hacia Vitoria y llegué a esta capital, en cuya estación malvendí la bicicleta a un mozo por diez duros. Acto seguido me acerqué a la taquilla para adquirir billete para Barcelona, por la que tenía manía, y tras pasar un largo rato lo adquirí.
Tras traspasar la barrera de la benemérita de guardia conseguí el pasaje para Barcelona, mas para despistar a mis posibles “buscadores” apeéme en Logroño para matar el tiempo antes de que el siguiente tren partiera para Barcelona. Pasó el tiempo y antes de llegar a Sabadell pedí a un pasajero me prestara un ejemplar de La Vanguardia del día recién adquirido. En la sección portuaria vi que se anunciaba la próxima llegada del paquebote “Neptunia” procedente de Génova y con destino a Buenos Aires e intuitivamente quedóseme grabado en el cerebro.
Llegados a la estación de Francia desembarqué y fuíme a recorrer la ciudad, que no conocía. Por la tarde vi dos películas: una de Laurel y Ardí, Quesos y besos, y otra cuyo nombre se pierde en el tiempo.
Pedí a un transeúnte me indicara una posada para pasar la noche y con gran amabilidad me acompañó hasta su proximidad.
Acostéme a altas horas y madrugué (cosa rara) y en un bar, tras una pequeña colación, ojeé La Vanguardia mirando especialmente la sección del Puerto y en ella hallé que el transatlántico “Neptunia” había arribado procedente de Génova con destino a Buenos Aires.
Me trasladé a la zona portuaria y vi un barquichuelo con el nombre de “Neptuno” y, creyendo que aquél sería el transatlántico, pregunté a uno de sus tripulantes bien uniformado y con lepanto que a qué hora levaban anclas. Mi pregunta hizo desternillarse de risa a él y a otros compañeros y me indicaron que el buque por el que preguntaba se hallaba unos cientos metros más adelante y se conocía por el nombre de Muelle de Carbón o de la Transatlántica.
Dirigíme al citado lugar y vi una inmensa mole de acero de una gran longitud y anchura en la que por dos pasarelas bajaban y subían señores de diversa índole, atendidos por un oficial galonado tanto al subir como al bajar. Paseé por las proximidades un buen rato y con una conocida familia subí la pasarela. Pidióme el oficial el pasaporte y yo le contesté en inglés que mi madre, que venía detrás, lo traía en el bolso. Dos Guardias Civiles le preguntaron al oficial si sabía novedad y éste les contestó lo que yo le había dicho y de ahí no pasó la cosa. Comencé a pasear de dentro hacia fuera, siendo los paseos más largos, y en una de éstas oí el pito del barco. Primera llamada. Minutos después, segunda llamada y, tras ésta, la tercera. Subí a la Sección de Primera y un oficial me pidió la documentación de primera. Contesté en francés que no la tenía, por lo cual me mandó bajar.
A todo esto el buque, remolcado por dos remolcadores, salía a marcha lenta hacia la salida mientras veíamos obreros, mujeres y niños saludarnos con sus pañuelos.
Primera campana de a bordo: la comida era en dos turnos. El primero a las doce treinta, y el segundo a la una y treinta. Muchos camareros uniformados me preguntaban en qué turno comía, y a los del primero les contestaba que en el segundo y viceversa. Por las noches y a altas horas me introducía en el comedor de trescientos comensales y en los cajones de los armarios “arramblaba” con distintos manjares que los camareros guardaban para sus “favoritas” (había cada belleza a bordo...), y dormía o pasaba la noche en un W.C. hasta la hora del desayuno, y luego a tumbarme en una tumbona. El barco llevaba más de tres mil pasajeros.
Gibraltar: Fondeo. Pasé sin novedad. Canarias: Permitieron bajar a la ciudad y malvendí unos pendientes de otro de mi madre. Con su Producto compré una buena cantidad de plátanos y me cortó el pelo uno de los peluqueros.
Fui adquiriendo conocimientos y amistades sin decirles de dónde era: charlábamos de todo.
Recife: Paso de control inglés. Sin novedad.
Bahía: Admiramos las bellezas de esta ciudad.
Río de Janeiro: Siendo marzo ocasión de los Carnavales, las pocas horas que permanecimos nos supieron a gloria. Música de samba día y noche. El Pan do sugar como compañera... constante pulular de cariocas a bordo. Inenarrable.
Santos: La mejor industria de café con inmensas factorías y gran amabilidad en sus naturales.
Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay.
Enterados mis compañeros de mi situación a bordo, aconsejáronme desembarcar en esta ciudad porque en Buenos Aires, como final de trayecto, el buque sería sometido a un fuerte fondeo. Lo pensé y así lo hice.
Llegado a esta ciudad (Oh Solís con tu fuerte Moto en video) compré unas novelas y un boliche (nombre de los bares) con una consumición barata me puse a leer. Transcurrida la tarde me busqué una pensión donde dormir, y así durante tres días en que se me terminó el dinero. Pregunté a un viandante si conocía algún centro español y me recomendó la Casa de España, a la que me dirigí y pregunté pro su presidente, el cual me recibió en el acto. Puse mi fantasía en rendimiento y, tras comentar ampliamente la vida de la España de Franco, me recomendaron al sr. D. Juan Domingo
Uriarte, dueño del Hotel del Globo y antiguo amigo de un tío mío, Zacarías Lecumberri. Acogióme bajo su protección y me llevó a su Hotel, el más antiguo de Montevideo, donde me presentó a su señora, doña Paca, y a sus hijas Irma y Beba, con las que trabé una gran amistad. Diéronme de cenar y una habitación individual con ducha y teléfono y al día siguiente me adquirieron ropa a la medida en un establecimiento.
El día lo pasaba paseando o leyendo y por las noches iba con las tres damas a un cine (biógrafo, en lengua uruguaya) y veía una buena película. Las cuatro plumas, Rebeca, El gato y el canario, Lo que el viento se llevó...
Y así días y días.
Mas como mi ilusión era Buenos Aires, un día les planteé mi decisión. Reunida la Casa Vasca, optaron por mandarme a Carmelo, una ciudad a doscientos kms. de Montevideo, a casa de un cura vasco que me admitió con gran cariño e hizo las gestiones pertinentes para pasar el río por El Tigre. El contrabandista exigió trescientos pesos por realizar tal travesía, y, careciendo de esa cantidad, me volví a Montevideo. No me presenté a ningún conocido y, solicitando trabajo, fui a la dirección de Frigoríficos Modelo, entre Paysandú y Sarandí, siendo recibido por el director, a quien repetí mi falsa historia. Llamó al Jefe de Máquinas, D. Claudio Gil, y le encomendó me empleara en algún menester.
Al siguiente día comencé mi labor de aprendiz bajo las órdenes directas de D. Claudio, que trabajaba de ocho a doce y de dos a seis. Me buscó y encontró pensión completa y económica en casa de una familia leonesa y pasé diez semanas a base de poco trabajo y mucha diversión.
Dióme por escribir a casa y antes de quince días obtuve respuesta de mi madre llamándome al “dulce hogar”.
Tras mucho pensar y habiendo conseguido pasaje en el “Monte Albertia” por mediación de mi antes citado tío, llegado el barco de 3.939 Tn. a Montevideo, me presenté al Capitán, quien tenía instrucciones de la Compañía de admitirme, como así lo hizo, enrolándome de camarero sin trabajo determinado. Pasamos el río de la Plata y tras una noche llegamos a Buenos Aires.
Cruzamos el río de la Plata y a lo lejos vislumbramos la Urbe capital de la República Argentina. Atracamos en la dársena del suro.
Al día siguiente comenzó la carga de trigo que duraría varios días. De noche y con permiso del capitán íbamos por Leandro Alen y demás zonas portuarias: cabarets, tambos, bares... sin hora de retorno.
Anécdota: Invitado el negro Aquilino a bordo, pusimos en el tocadiscos un pasodoble al que prestó gran atención y luego nos rogó saliéramos de la Cámara, cosa que hicimos con sumo gusto. Al cabo de un rato un mozo de servicio nos llamó para asomar a la Cámara y vimos que Aquilino con su saxofón interpretaba el pasodoble recién ejecutado. Dimos un viva y allí fue el correr del champaña y otras bebidas. Tras estos casos y otros más, llegó el día de la partida. Rumbo marcado a medianoche. Santander. Llegada: 14 de febrero de 1.941. Pleno incendio que comenzó en los barrios bajos: Madrid, Escondrillas, etc. etc.
Durante nuestra permanencia en la capital cántabra fuimos protagonistas de diversos incidentes en la capital cántabra: Pavoroso incendio extendido por toda la ciudad, “alimentación” de diversas mujeres pro medio del Mayordomo Antonio, natural de Palencia, y un largo etc. que habría para descubrir este folio.
Al de tres días, salida de Santander y tras un paréntesis, llegada a Bilbao, donde me recibió toda la familia: madre, tíos, primos, demás parientes...
Ocho días en lugar de tres de ejercicios espirituales en San Ignacio de Loyola y, curados, vuelta para casa.
“TOTAL, PEOR QUE CUANDO FUIMOS”.
Vuelta a estudiar Náutica y tras un largo derroche de facultades título de Alumno de Máquinas. 17 años. Navegación como tal en Cabotaje, “Monte Amboto”, motonave, y terminados estos días, a vapor “Monte Faro”. Tras unas aventuras largas de reproducir, Escuela Náutica para Segundo Maquinista Naval, Notas estupendas y título al canto. Proseguirá.
Vive deprisa
Muere joven
y deja un cadáver bonito.
José Luis Murugarren.
Cargaron los brazos y su mirada se hundió
en el templo de su soledad.
Rompía en sollozos no sé por qué. ¿Qué te hizo daño? ¿Qué te hundió? Abajo el mundo seguía latiendo ajeno, incansable y distinguido. De las cuerdas de su vientre brotaban excusas, confusión y alegría. Ella seguía gimiendo por no sé qué pena Intangible, pasajera, mas para Dios eterna. Se fue derramando lágrimas eternas y sinceras hasta que la última luz de la tarde coronó de fulgores aquellas perlas. Ya un poco más tranquila otra vez a su escrito con no sé qué sorprendente paz secreta.
Ricardo Amorrortu.
Los años han roto mi cara y dicen que no es sangre, sino pus lo que corre lentamente por el tembladeral de mis venas donde agoniza un dios del pasado que desde el poema nos llama con la mano de un muerto.
Leopoldo María Panero.
EN EL INFIERNO ESTÁ LA MALDAD
Y EN EL CIELO ESTÁ LA BONDAD
EN EL INFINITO ESTÁ LA BONDAD
Y EN LA NADA LA MALDAD
Y LA IGNORANCIA
EN LA MODERACIÓN ESTÁ EL ACIERTO
EN LOS EXTREMOS ESTÁ LA MODERACIÓN
Y EN EL CENTRO LA PERDICIÓN.
Sebastián Irigoyen
La música abstracta no tiene lógica pero la música naturalista tiene placer psicológico.
Txema Sarasúa
En la selva caímos, en la oscura selva sin otra salida que un agujero negro para caer tan sólo y jamás levantarse: que el toro nos salve e ilumine la selva y guíe nuestros pasos por el negro agujero prometiendo una luz que la selva destruya, una luz donde asentar la vida. Que el toro nos salve y haga un hombre del hombre y sendero el oscuro camino de la selva.
Que el toro nos salve, ya que promesa oscura es el oro de nuestra saliva.
Leopoldo María Panero
Yo creé Tierra y Mundo. Yo envié a los hombres al mundo y uno tras otro caían y eran devorados, y los hombres gritaban “¡Banquete!”.
Félix Echeverría.
DIARIO DEL MANICOMIO DE MONDRAGÓN
Relación de un asesinato
6 de enero
Toda mi habitación llena de humo, colillas por doquier, la cama deshecha: mañana me obligarán a hacerla de nuevo.
5 de enero
Las campanas de la iglesia tocan a rebato: ¿Sublevación militar en Palma de Mallorca? Will they shoot x-y? Aparece en la puerta un loco que se cree Genaro, el sapo, con una pistola en la mano.
4 de enero
Las campanas de la iglesia tocando a muerto.
De noche.
Mi cadáver en el lecho: ¿resucitaré otra vez, cosido a balazos?
Entra Billy el niño, jugando a vaqueros, y lleva en la mano mi alma.
3 de enero
Un loco que se cree Dios lleva en un cáliz la cabeza devorada de mi amigo Pedro Ancoechea.
6 de enero
Salgo a la puerta y me arrodillo ante la muerte.
4 de enero
Unas viejas beatas susurran: creíamos que no querían matar por la fe.
3 de enero
En la caja, asolada por la ETA, brillan como cerebros unos dólares falsos. La muerte por un cheque sin fondos.
4 de enero
¿Quién me matará hoy, por orden de los “militares”? ¿Garicano, que asesinó a su padre por regañarle acerca de unos exámenes suspendidos, y que se cree un insecto, una mosca que sucesivamente se posa en un armario, en un bolígrafo, en mi cabeza?
6 de abril
Hay aroma de palizas en el ambiente. El boxeador sonado es una amenaza constante de golpes y de muerte. En mi cenicero hay unos signos que recuerdan a la baraja de póker. Entre muerte y muerte me corro sobre la cara de Santi. Luego escupo, estoy vivo.
En el jardín pasean jirafas.
7 de abril
Temo las borracheras del boxeador sonado, que se cree San Pedro. El tráfico de alcohol aquí es incesante. Mi belleza, con la que han acabado casi el alcohol y los manicomios, es tan sólo un incentivo para la muerte.
20 de abril
Entro en el bar de los enfermos. Todo él está lleno de hojas amarillas que recuerdan a viejos. Caminando hacia la barra pisoteo algunas de ellas semejantes a álbumes o a recuerdos. El camarero está acodado en la barra, y junto a su cabeza hay una cocacola. Me habla de un crimen que cometió hace tiempo, hace mucho tiempo. Luego pasa un trapo de cocina por la frente y susurra: Oh, mi cabeza, mi cabeza, mi pobre cabeza!.
FIN
Leopoldo María Panero
domingo, 7 de marzo de 2010
al revés del mundo (antipoemas cuánticos)
a Carmen Molins, Cristian Marcelo Sánchez, More Baker, Rem, Gustavo Chaves, Marian Raméntol Serratosa, Faustino Desinach, a Ángel de "Noctambulario", Mariangardi, Alexánder Obando, Melvyn Aguilar, Luissiana Naranjo, Adriano Corrales, Juan Carlos Olivas, Gustavo Solórzano, J.P. Morales... por secundar todos mis rabietas del alma...
1
Las mañanas que por los pájaros cantan.
Espinas con ocultas rosas:
aguijonea el aroma al alma.
Ese libro me abre
despreocupadamente y me lee
con su cuadratura de enigma.
Y el tuerto reloj
busca en mi rostro la hora del hombre.
Un río de safari viene a mi orilla
y pesca mis ojos.
Las estrellas vuelven al firmamento
y miran más estrellas de estrellas.
El puñalero sicario vino a matar
al niñito en su cuna
y esta ternura lo ametralla.
La luna pasea con su ígneo amante
al amparo mío por las noches serenas
de un estío propicio.
Al pie de mi cama una fila de coches
de compras contempla
qué modelo de conductor soy.
Susurra uno de ellos:
“este escusado sólo podría
manejar un tanque”.
Con su dedo índice
el mapa repasa mi rostro
virgen: ha bautizado a mis ojos
Lagunas Gemelas; a mi nariz
Picacho Sombrío; a mi boca
Desfiladero Amargo, a mis mejillas
Llanos de los Ríos...
2
La distancia no puede mirar ojos.
He puesto el remojo en barbas.
Los caminos me han caminado.
Muero la vida.
El amor me hace a mí.
La canción me canta.
La poesía me escribe.
No aparco: mi coche me estaciona.
Los pies me andan.
El beso me besa.
El cáncer me tuvo a mí.
Sobrevivió en otros.
El cigarrillo me fuma.
Esta copa de licor
me bebe y se embriaga
y nos quebramos los dos llorando.
Tuve a mi madre hace 37 años.
La fiera me teme
y soy de cristal:
se teme a ella reflejada:
por mí que siga analfabeta
y toda confundida.
Mi vieja Benotto me conduce
por el lago con volcán,
es negra: una vertiginosa
pincelada con hombre
que poeta es.
Las lágrimas me lloran.
Un aire me respira,
le tapono la boca:
se ahoga se ahoga;
caminan caminan
por mí los caminos.
3
Cae cielo de lluvia.
Lamo al lamido
y siempre es con lengua.
La foto está en mí
y me mira desde el álbum.
Queda claro: siempre
whisky whisky
para evitar quedar uno
con boca de arco para abajo.
Entonces sos fotogénico
porque hay
que ser fotogénico.
El reloj fijamente
su mirada para ver
qué hora es. Un ojo
se mira asimismo
y se asusta por mirar
la mirada.
Y el ratón maúlla
al quedarse huérfano
de gato. La nostalgia.
Yo sé que la nostalgia
es terrible. Ya no tengo
enemigo por eso lloro.
Ahora que no estás lo lamento.
El golpe se suicidó dándose
con aroma de rosas.
Si lloro al revés mojo a la luna.
Mi propósito de despropósito.
La música me toca
y me compone en sinfonía.
El piano pulsa a Mozart:
es muy complejo, pero
le salen mejores notas
que si Mozart tocara el piano.
La sequía tiene sus dunas,
sus camellos, sus beduinos,
sus oasis. A todo eso
le llaman desierto de oriente.
En mi oasis el desierto
es la menor parte.
4
La escalera me sube y me baja.
El puente pasa por mí.
Estos zapatos me prueban
y yo les quedo grande:
no es el número de hombre
que ellos quieren.
El ladrido dio un perro perro perro.
El papel pegó a la goma:
venía por lana y salió trasquilada.
El caballo me subió y dedicóse
a pasear por el campo.
Me recitaba poemas mientras yo relinchaba.
Dije que el vaso me bebió
y después relamiéndose se limpió la sangre
por las comisuras del vidrio.
La radio aburrida me encendió
y en ese momento tenía
una sonata de Bach a todo pulmón.
Nos dormimos nada más para nosotros.
Su llorar era tan cierto
que las lágrimas tenían forma de violín.
Amanecí caminando
por la cabeza: mis pies pensaban.
A la tarde estaba tan abollada
que puse pies en tierra.
Los poemas son el poeta.
No hay duda.
Los árboles empezaron
a poblar mis ojos
y éstos salieron volando como
asustados pájaros.
La mosca molesta de mí usó
el matahombres:
salí corrido por la celosía
a otra mierda más tranquila.
Los colores se alzaron en huelga.
Todo tan descolorido,
tan en blanco y negro.
Siempre dejan al blanco
y negro solamente
por piedad del hombre.
Cuando ya todos los ebrios
se han ido para sus casas
y la cantina queda
en absoluto silencio,
una botella, a medio llenar,
comenta a su amiga:
“Bebí muy a gusto medio hombre.
Era apuesto. Sabía a sal.
Fumaba grandes puros
y gastaba barba de príncipe oriental.
Quise habérmelo tragado
de un golpe, pero divagaba
mucho en su tierra del norte;
por momentos me dejaba,
hacía muchas acotaciones
memoriosas: de un lago
con volcán encrespado,
describía a sus padres
interminablemente
y de todas las hermanas
que tiene, tantas, que es el único varón
con gemela.
Su compañera,
junto a ella, vacía, trastabillando,
a punto de caer, trata de decir algo...
Se escanció hasta el límite
a todo un hombre.
La media de aguardiente
trata de sostenerla, de calmarla...
Chasquido de campanas
de vidrio, brillos fugaces
al alba riendo y cantando...
Las dos amigas han libado
a hombre y medio, no pueden contenerse,
caen del estante, se hacen añicos.
"Al revés del mundo", texto inédito de 2002.
Danza con lobos
aunque a simple vista
parezcas mojigata
y le digas a tu marido
cómo repartes el tiempo
extra de tu vida
pero no adónde vas
mientras se cree
el cuento de las compras
y del salón de las esperas
por las otras que sí juegan limpio
a sus cónyuges
o bien a ellas mismas,
que es el punto.
De fiel tú no tienes nada
porque eres infiel con vos misma
y ya ante el espejo absurdo de tu alma
no puedes creer la verdad
que dices poseer,
pero no tienes nada
te estás poniendo
los cuernos
cuando piensas que es a tu marido.
Él no es el pobre burlado,
él no sabe,
confía en ti, me lo ha dicho
en el bar
con lágrimas en los ojos
que no te merece
por ponerte los cuernos con todas.
La luz no te recuerda
entraba la otra tarde. Y no nos ve
aquí juntos de nuevo: no has venido.
Yo puedo recordarte.
Y te recuerdo, a solas, en esta habitación
—llena de nada ahora— que entonces compartimos.
Las palabras que hablamos, la música, tu risa,
y lo que entre nosotros sucedió en esas horas,
siguen viviendo en mí.
Pero la luz no te recuerda, porque
la luz ama el presente. Regresa sin memoria
a la estancia vacía. Y ya no sabe
que se enredó en tu pelo y que brilló en tus ojos,
que, a la vez que mis manos minuciosas, anduvo
despacio por tu cuerpo.
No, la luz no recuerda
haber estado aquí, contigo, con nosotros.
Llega, alegre y dorada,
al lugar en que ardiera la otra tarde la vida.
Y únicamente encuentra en su silencio
a un hombre recordando, recordándote:
un hombre triste, y derrotado, y solo.
Poema de Eloy Sánchez Rosillo
DICOTOMÍA (INCRUENTA)
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
Excelente Poema de Oliverio Girondo, Persuasión de los Días, 1942.
Sé dónde
Fue en el alto vuelo de los sentidos
en el vértigo del talento
en los días-anillos de lo fácil
en el árido privilegio del sí
donde se aplastaron los sentidos
y el talento envilecióa centrípeta peonza
y la salvación de lo difícil fue eludida
y sobre los otros (los indispensables)
se atrancó disuadido cada espacio.
Sé dónde quedaba solo
pirueteando mi ronda suicida.
Pero cuándo (los agujeros abandonados:)
cuándo, si, cómo podré
recubrir ese pasaje de vacío
no lo sé.
Poema de Vittorio Gassman. Poesía (1987).
DESPEDIDA
No me has querido y huyes por tus años
hacia un país en donde yo no existo,
pero cuánto me dejas al dejarme...
Otros verán tu vida deshacerse;
yo conservaré intacta la memoria
de una frágil belleza adolescente.
Pronto no has de ser tú, aunque no mueras;
aunque no vivas, vivirás en mí.
Siempre joven serás en mi recuerdo:
fíjate cuánto gano si te pierdo.
José Luis García Martín, treinta monedas, 1989.
Declaración de inicio
..........ser un instrumento útil de trabajo
..................................... ( Estocolmo, 1971 )
.........................................Pablo Neruda
Las páginas no sirven.
La poesía no cambia
sino la forma de una página, la emoción,
una meditación ya tan gastada.
Pero, en concreto, señores, nada cambia.
En concreto, cristianos,
no cambia una cruz a nuevos montes,
no arranca, alemanes,
la vergüenza de un tiempo y de su crisis,
no le quita, marxistas,
el pan de la boca al millonario.
La poesía no hace nada.
Y yo escribo estas páginas sabiéndolo.
Poema de Marco Antonio Campos
Desnuda
subes, te abres, serpeas, te angostas,
doblas, sigues mis pasos y desembocas.
Poema de Francisco Hernández
cortejos
de papel de cigarros
Usted es más bonita que una poza de agua
límpida
en un lugar escondido
Usted es más bonita que una cebra
que un cachorro de onza
que un Boeing 707 en pleno vuelo
Usted es más bonita que un jardín florecido
frente al mar de Ipanema
Usted es más bonita que una refinería de Petrobrás
de noche
más bonita que Ursula Andress
que el Palacio de la Alborada
más bonita que la alborada
que el mar azul zafiro de la República Dominicana
Mire,
usted es tan bonita como Río de Janeiro
en mayo
y casi tan bonita
como la Revolución Cubana
Poema de Ferreira Gullar. Todos te buscan
gente peligrosa
he podido identificar
algunas categorías
de gente peligrosa
es bueno desconfiar
por principio
de aquellas personas
que llaman por teléfono
y no se identifican
creyendo seguramente
que con sólo oír su voz
uno sabrá de quién se trata
cuando en realidad
no tenemos la menor idea
y tardamos unos segundos irritantes
tratando de descubrir
quién es aquella confianzuda persona
que nos llama y omite decir su nombre
no vale la pena leer
siquiera por curiosidad
cualquier correo electrónico
escrito con mayúsculas
pues me consta
que sus autores son siempre
personas deplorables
en extremo confundidas
y que rara vez
se lavan las manos
es justo odiar
por tiempo indeterminado
a cualquier individuo
que nos detiene de pronto
inesperadamente
y pregunta con una sonrisa
¿te acuerdas de mí?
cuando por supuesto
no tenemos la más pálida idea
de quién es
y casi con seguridad
tampoco queremos saberlo
es muy conveniente ignorar
(y en ciertos casos insultar)
a las almas inquietas
que llaman por teléfono
antes de las nueve de la mañana
sin importarles despertarnos
o a las desgarradas amistades
que llaman de madrugada
sobresaltándonos
para contarnos una pena de amor
pero es bueno dejar constancia
de que nadie que llame por teléfono
por algún asunto trivial
antes de las nueve de la mañana
o pasada la medianoche
merece respeto
ni compasión
no recomiendo hacer amistad
con personas felices
que no lean por lo menos
un periódico al día
sugiero despreciar
a todas las personas
que mandan e-mails
con cadenas de oración
que debemos prolongar
bajo amenaza de ser víctimas
de algún maleficio
y a las que nos hacen llegar
correos electrónicos grupales
exhibiendo así nuestro e-mail
ante todos los integrantes
de esa odiosa cofradía
a la que nunca quisimos pertenecer
me opongo por último
a hacer citas de amor
por internet
porque me consta que siempre
terminas tomando un helado
con alguna criatura horrenda
y mitómana
eso es todo lo que sé
por ahora
de la humanidad
Poema de Jaime bayly
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
Poema de Jaime Sabines
sábado, 6 de marzo de 2010
jean genet
Juan Goytisolo (izquierda), con el escritor Jean Genet en Amsterdam, en 1958.
Recuerdo un documental francés sobre grandes personajes. Alguien entrevistaba a Jean Genet, ese maldito. Y él decía -o pienso que decía- que su vida cambió en un segundo, a los setenta, mientras viajaba en tren de París a Normandía. Eso creo.
Frente a él, un hombre enjuto de edad indefinible. Cualquiera. Genet lo mira, nada lo distingue de los otros pasajeros, y se sobresalta. Ese desconocido vale lo mismo que él. Lo mismo.
Eso descubrió Jean Genet, mientras viajaba en tren de París a Normandía, a los setenta.
Anecdota tomada del blog de Jorge Volpi:
Amor
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
Salvador Novo (1904–1974), poeta e historiador mexicano.
martes, 2 de marzo de 2010
LO MALO DE LA POESÍA
Lo malo de la poesía, me di cuenta
mientras caminaba por una playa una noche-
la fría arena de Florida bajo mis pies desnudos,
un espectáculo de estrellas en el cielo-
lo malo de la poesía es
que anima a escribir más poesía,
más pececillos que atestan la pecera,
más conejillos
saltando de sus madres a la hierba cubierta de rocío.
a menos que al final llegue el día
en el que hayamos comparado todas las cosas del mundo
con el resto del mundo,
y no quede otra cosa que hacer
sino cerrar silenciosamente nuestros cuadernos
y sentarnos con las manos cruzadas en la mesa.
La poesía me colma de alegría
y me elevo como pluma al viento.
La poesía me inunda de pesar
y me hundo como una cadena lanzada desde un puente.
Pero principalmente la poesía me inunda
con ganas de escribir poesía,
de sentarme en la oscuridad y esperar a que una pequeña llama
aparezca en la punta del lápiz.
Y junto a eso, el anhelo por robar,
irrumpir en los poemas de otros
con una linterna y un pasamontañas.
Y vaya panda de delincuentes infelices que somos,
carteristas, ladrones comunes de tiendas,
pensé para mí
mientras una fría ola se rizaba en mis pies
y el faro peinaba el mar con su megáfono de luz,
que es una imagen que robé directamente
de Lawrence Ferlinghetti-
para ser totalmente sincero por un momento-
el poeta ciclista de San Francisco
cuyo pequeño parque de atracciones en forma de libro
llevaba en un bolsillo lateral de mi uniforme
subiendo y bajando los procelosos pasillos del instituto.
Billy Collins, The Trouble with Poetry and Other Poems, 2005.
(trad. de Juan José Almagro Iglesias)
La espantosa realidad de las cosas
es mi diario descubrimiento.
Cada cosa es lo que es,
y es difícil explicarle a nadie cómo me alegra esto,
y cuánto me basta.
Basta existir para sentirse completo.
He escrito muchos poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.
Cada poema mío lo dice,
y todos mis poemas son distintos,
porque cada cosa es una manera de decir esto mismo.
A veces me pongo a mirar una piedra.
No me pongo a pensar si siente.
No me extravío llamándole hermana mía.
Pero me gusta por ser una piedra,
me gusta porque no siente nada,
me gusta porque no tiene ningún parentesco conmigo.
Otras veces oigo pasar el viento,
y me parece que sólo para oír pasar el viento vale la pena haber nacido.
No sé qué pensarán los demás cuando lean esto;
pero me parece que esto debe estar bien porque lo pienso sin esforzarme,
ni idea de que nadie vaya a oírme pensar;
porque lo pienso sin pensamientos,
porque lo digo como lo dicen mis palabras.
Una vez me llamaron poeta materialista.
Y me extrañó, porque yo no pensaba
que se me pudiese llamar nada.
Yo ni siquiera soy poeta: veo.
Si lo que escribo tiene algún valor, no soy yo quien lo tiene:
el valor está allí, en sus versos.
Todo esto es absolutamente independiente de mi voluntad.
Poema de Alberto Caeiro
el corazon lleno de nombres
¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
abriré mi corazón lleno de nombres.
Poema de Pedro Casaldáliga, El Tiempo y la Espera, 1986.
me doy cuenta de que me faltas
que día a día dejo un poco de mi en las horas cansadas de la rutina,
la vida se torna compleja porque sencillamente no estas,
las brasas de lo que algún día dejaste se están agotando,
tu brillo poco a poco abandona mis oscuridades,
tu lejanía se ha aliado con el tiempo,
tus recuerdos ahora son mis verdugos,
me pregunto si tus ojos estarán pasando por lo mismo,
si tu alma estará igual de devastada por mi ausencia,
si los segundos sin mi se clavan como alfileres en tu alma.
no he encontrado un Dios para rezarle y que me entienda,
que cada día me doy cuenta que me haces tanta falta...
Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.
Jaime Sabines
Me doy cuenta de que me faltas
Madrigal Melancólico
No es tu belleza.
La belleza es en nosotros donde existe.
La belleza es un concepto.
Y la belleza es triste.
No es triste en sí,
Sino porque hay en ella de fragilidad e incertidumbre.
Lo que yo adoro en ti.
No es tu inteligencia.
No es tu espíritu sutil,
Tan ágil y tan luminoso.
-Ave libre en el cielo matutino de la montaña.
No es tu ciencia
Del corazón de los hombres y las cosas.
Lo que yo adoro en ti
No es tu gracia musical,
Sucesiva y renovada a cada momento,
Gracia aérea como tu propio pensamiento,
Gracia que perturba y que satisface.
Lo que yo adoro en ti
No es la madre que ya perdí.
No es la hermana que ya perdí.
Y mi padre.
Lo que yo adoro en tu naturaleza
No es el profundo instinto maternal
En tu flanco abierto como una herida.
Ni tu pureza. Ni tu impureza.
Lo que yo adoro en ti -¡Lastímame y consuélame!
Lo que adoro en ti es la vida.